La razón de la sinrazón

La razón de la sinrazón

Hay gente que tiene el mal gusto de comentar que aquello que se le está argumentando está motivado por la emoción. Hablas desde la emoción, dicen. O, lo que dices, lo dices desde el corazón, no con la cabeza. ¡Qué falta de respeto! ¿Cómo se puede ser tan insultante sin saberlo?

Y así, sordos a cualquier razonamiento, sentencian a su interlocutor desde la misma emocionalidad ciega que reprorchan. Gente de poco seso, falta de estilo, qué mal gusto de verdad.

¿Acaso no todos hablamos desde la emoción? ¿Acaso no a todos nos mueven las emociones desde el momento mismo de escoger el tema de nuestro análisis? ¿O es que alguien cree aún en la objetividad, pureza e imparcialidad de algún ser en esta tierra? ¡Qué de raro tiene! ¿Qué de raro tiene y qué de malo tiene si la argumentación puede ser aceptable, aceptada, o discutida?

¿O es que debiéramos adentrarnos en las motivaciones emocionales de semejantes comentarios? Pues yo afirmo aquí, con la misma condena, que los seres que esas cosas escupen a los demás, es porque han llegado al punto de que alguna fibra sintiente ha sido tocada y así reaccionan, mirándose al espejo.

Solo que algunos podemos reconocer nuestras pasiones con más dignidad o naturalidad que otros, pero ¡por supuesto que todos hablamos desde los sentimientos! Cree la razón que por buscar la bondad universal está exenta de emanar de una fuente de esas que provocan el llanto y la alegría. Cree la razón que de esa fuente solo aflora el odio y el miedo y cree que nunca se mezclan las aguas. Cree la razón que puede observar, seca y sin mojarse, el chapoteo ajeno. Qué falta de seso y que falta de tacto, que este relativismo tan básico sea el más ignorado por las gentes que más dicen beber de él.

¿Y tu qué?¿Cuál es tu motivación emocional para cortar la conversación de esta forma? ¿Qué sentimiento te lleva a destruir el hilo argumentativo de esta manera? ¿Te quedaste sin alegaciones o cual el motivo de esta destrucción, de esta lapidación? ¿Hemos de tumbarnos en divanes psicológicos o podemos avanzar en lo que estábamos hablando?

Ahora sí que sí, con todo mi corazón, aviso que estoy hasta muy arriba de la cabeza de estos comentarios pendejos.